julio 16, 2015
Nos han llamado “tercer mundo” en 1952, pero al desaparecer la “guerra fría” se acabó el “segundo mundo” que eran los países del bloque socialista por lo que el término aparece como “impreciso” para describir según la enciclopedia Wikipedia a: “..los países periféricos subdesarrollados o «en vías de desarrollo», … el término se emplea a veces para referirse en bloque a todos los países no desarrollados, y en ocasiones, para referirse sólo a los que registran los peores índices de desarrollo de gran atraso económico-social, como el analfabetismo, el hambre, las carencias hospitalarias y de salud pública, las viviendas y servicios sanitarios precarios, una escasa expectativa de vida, etc. Según la RAE, el Tercer Mundo es el conjunto de países menos desarrollados económica y socialmente”.
Igual, a mi me sigue gustando el término “TERCER MUNDO”…me entusiasma imaginarme en “otro planeta” que pocos nos cuesta, tal novela de ciencia ficción.
Ayer operaba con una joven instrumentista, nueva, inexperta. Es algo predecible el nivel de error cuando comienzas en una función, hasta cierto punto tolerable y comprensible. Debido a lo intolerante del perfil que tenemos del carácter, intenté contenerme, y a pesar de la complejidad del procedimiento… no explotar (como suele suceder) porque cuando esto ocurre el único y gran perjudicado es el pobre PACIENTE que en ese momento se encuentra profundamente dormido.
Es irónico, pero como tal deja vu; tengo 15 años experimentando este tipo de improvisación de mi área de trabajo. Me tomo tiempo de explicar a la chica, esto se llama “asi”… esto otro “asa”; esto se usa “asi”, esto no debe ser “asa”..etc etc y cuando llegamos al siguiente caso te das cuenta que todo está como al principio. Que el “tiempo oro” de docencia no sirvió de nada (esto éticamente no es permisible, TODO se debe aprender fuera del acto quirúrgico) empiezo a filosofar, a poner más atención a la música y a insistir …NO TE PUEDES ENOJAR EN EL QUIRÓFANO…ALGUIEN VA A SUFRIR. En mis tiempos mosos no lejanos; la explosión de carácter se acompañaba de repercusiones de malas relaciones con el personal… enojo de las “jefas”, enemistades “peligrosas” y adivinen; el mal ha persistido después de 15 años.
Hace unos 10 años escuché hablar del síndrome del “burn out” definido así: “es un padecimiento que a grandes rasgos consistiría en la presencia de una respuesta prolongada de estrés en el organismo ante los factores estresantes emocionales e interpersonales que se presentan en el trabajo, que incluye fatiga crónica, ineficacia y negación de lo ocurrido“. Hace 10 años lo escuché, ahora me doy cuenta que lo padezco; lo irónico es que este se describe y se usa en el “Primer mundo” donde los niveles de estrés laboral en el quirófano (Me consta al visitar hospitales de países desarrollados) es mínimo, nada más el que genera el estrés de la magnitud de la enfermedad a operar.
El burn out asociado al “tercer mundo” es épico: Esto es una narración de nuestra vida diaria: “..deme un catéter 14: NO HAY, deme un hilo poliglactina 2: NO HAY”…vivimos en el medio del NO HAY!!. Y este “no hay” es sin marcha atrás, el paciente sangra, el paciente está bajo anestesia…sin retorno…luchando a veces por sobrevivir.
La situación de los médicos que trabajamos en el “tercer mundo” quemados hasta el alma por el “burn out” no tiene niveles de explicación y de manera estoica y heroica de soportar. Amedrentados por la falta de insumos de todo tipo, desde lo más básico como papelería para ordenar un examen; sin hablar de medicamentos, servicio de apoyo como laboratorio; y mucho menos de tecnología.
Sobrevivir sin un brote psicótico, aunado los problemas asociados a la vida familiar, depresión económica, falta de estímulos académicos y laborales nos llevan a la completa alienación, desmotivación e incluso a la depresión y si la desgracia nos invadió por completo: alguna demanda médico legal en el camino.
Irónicamente el ser humano es capaz de, en las peores condiciones, sacar lo mejor de si mismo. He visto miles de peripecias de mis colegas para solventar “problemas institucionales” para lograr trabajar. En resúmen haciendo actividades heroicas para SALVAR VIDAS. Esto es la viva y cruda realidad de los médicos en los famosos países “en vías de desarrollo” a los que me encanta llamarle: EL TERCER MUNDO.
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